«Checo» Pérez en Austin: lo que mal empieza, mal termina
El mexicano Sergio «Checo» Pérez, a una semana de iniciar el GP en el Autódromo de los Hermanos Rodríguez, tras haberse sometido a reiteradas pruebas desde hace varios meses al volante del RB20 y comprobar que su vehículo asignado no cumplía con los mínimos requisitos para rendir conforme a sus expectativas, lo mismo a los medios que a sus allegados les ha hecho saber su insatisfacción, al tener su compañero de escudería Max Verstappen, por su lado, el apoyo total de la empresa austriaca Red Bull en cuanto a implementos se refiere, los cuales le ayudarían a conducir en igualdad de condiciones, ya bien entrados a la semana del veinticinco de octubre.
Previo a los resultados obtenidos en el GP de Estados Unidos celebrado este fin de semana en Austin, Texas, el tapatío mostró su abierta desconfianza ante los resultados que a bordo de su vehículo podría lograr en términos realistas, sumándole a sus preocupaciones el décimo puesto a partir del cual arrancaría en la pista estadounidense de la Gran Copa de las barras y las estrellas. Inevitable diferenciar a este último, casi al final de las clasificatorias, con la primera línea desde la que saldría su compañero de uniforme, el neerlandés Verstappen.
Ahora, sin embargo, con el choque en la curva 19 de George Russell, el cual haría alzarse una bandera amarilla y frenar en seco a los corredores participando al momento de que perdiera el control, las esperanzas de que luciera el mexicano sus mejores dotes y los del, a su parecer, deficiente RB20, con un amplio déficit mecánico a leguas visible respecto de Max Verstappen, su visión se debate entre un optimismo ingenuo y una genuina preocupación ante lo que le podría suceder, llegada la fecha del Gran Premio de la Ciudad de México. Él afirmó lo siguiente:
«Cambiamos mucho el coche para la calificación. Creo que todo iba en la dirección correcta. Las llantas no estaban funcionando y estábamos aprendiendo mucho de ellas, de las vueltas de salida y desafortunadamente en la Q4 (etapa donde el piloto británico Rusell tendría su percance) no pude poner la vuelta».
Aunque decepcionado, el corredor no pierde las esperanzas de que el escenario cambie para bien de un momento a otro. Su única tarea pendiente, agregó, consistiría en mantener bajo constantes revisiones las limitantes mecánicas de su RB20 y estudiar cuáles posibles soluciones entre él y su equipo le darán a este problema sin resolver, aun por las mismas autoridades de Red Bull.
Con información de ESPN, José María Flores