Daniel Ricciardo: del ícono a la anécdota

Daniel Ricciardo, corredor australiano de ascendencia italiana, debutante de Fórmula 1 el año 2014, tras una carrera contra el tiempo y las adversidades y la culminación de su contrato con Red Bull en su última participación para la escudería estadounidense a fin de conquistar el Gran Premio de Singapur, el cual estuvo lejos de haber podido ganar contra una serie competidores con menor experiencia pero que han demostrado en la pista una mayor capacidad de decisión y manejo de los incontables problemas al volante, al día de hoy un escenario de incertidumbre ha tomado asiento frente a sus ojos, sin manera de evadir la realidad: ya no es más un corredor de Fórmula 1.
Causa de polémica han sido las muestras de un desempeño desigual vistas en resultados que, para la representación de Red Bull, orillaron los últimos meses a los responsables de elegir cuáles corredores encabezarán los cuadros de honor al frente de la célebre empresa americana a detenerse a reflexionar un momento los pros y los contras que implica tener dentro de sus filas a un corredor que, desde hace años, aunque famoso, ha dejado de protagonizar las conversaciones en torno a la conducción internacional.
Sin mencionar que su despido no fue sino del todo silencioso hasta el cierre definitivo de su contrato con Red Bull, como a escondidas de los medios y la afición, la caída en picada de una brillante carrera automovilística incluso el asesor directo de la empresa encargado de aconsejar al australiano, Helmut Marko, en una reciente declaración a Motorsport-Total confesó sentirse decepcionado, a juzgar las expectativas iniciales.
Sus palabras fueron las siguientes: «En estos últimos años lo ha intentado, pero ya no estaba, ese instinto asesino había desaparecido».

Valdría la pena mencionar que, no mucho tiempo antes, Ricciardo venía de formar parte de motores Renault, un equipo adversario de Red Bull, cuando éste mismo año el público, los medios y las autoridades recibieron con entusiasmo su regreso a portar el uniforme blanquiazul para disputarse en el antes mencionado Gran Premio de Singapur una botella de champán entre los primeros escaños ganadores. Sin embargo, lo anterior no pudo ser posible y, a los cuatro días de iniciada la competencia, su descanso forzado se anunció oficialmente a través de redes sociales.
Ahora, sin demasiadas opciones, al australiano le queda, según palabras de Helmut Marko, o bien resignarse y pasar la estafeta a otros corredores en el mundo de la conducción, o permanecer como figura pública de Red Bull, por otro lado, en un puesto diferente al suyo anteriormente, dedicado a las relaciones públicas. Dicho panorama a futuro, además, ya había sido previsto luego de un accidente sufrido el año 2023 por el exconductor de F1 cuyas lesiones, aseguraron especialistas, solo contribuyeron a su inevitable declive.
Con información de Mediotiempo, José María Flores